Yo sabía que Cristina Pedroche se hacía la tonta. La consideraba bastante inteligente y me lo demostró en fin de año con los argumentos que utilizó para justificar la elección de su vestido. Que son los mismos argumentos que debemos dar cuando nos dicen a las mujeres que nos sexualizamos a nosotras mismas cuando nos maquillamos o nos vestimos de tal forma.
Lo hago porque quiero y porque puedo.
Me volví a reafirmar cuando vi la entrevista que le hizo Risto Mejide en “Al rincón de pensar”. Esta entrevista ya tiene unos meses, pero no fue hasta hace unos días que me apeteció verla. Y precisamente desde que la vi que no dejo de pensar en unas palabras que dijo. No recuerdo exactamente cada una pero sí recuerdo que concluía en que no le decían nada por lo empollona o repelente que era ya que era la más guapa de la clase porque “las otras eran muy feas”.
Cristina Pedroche es guapa, y el que diga lo contrario miente. Es naturalmente atractiva, tiene un cuerpo sano alejado de la delgadez extrema que vemos en las pasarelas y unos rasgos dulces. Y además es inteligente, y por lo que dijo en la entrevista, también era muy aplicada en las clases.
No critico que haya logrado tantas cosas porque de verdad considero que se lo merece, aunque no esté de acuerdo en que use tanto ese papel de tonta –tampoco tiene otra opción, desgraciadamente–. Pero sí critico que por ser guapa se le haya perdonado todo.
Pedroche es inteligente al igual que otras mil mujeres de España. Ella no ha llegado a donde está por ser guapa. Lo ha conseguido por sí misma, simplemente no ha tenido trabas para hacerlo por su belleza. Ha sabido reinventarse, apostar por programas que no tenían el éxito asegurado y le ha ido bien. Lo que la Pedroche toca se convierte en oro. Y eso es cosa de su cerebro, porque por guapa, estaría ahora mismo con un futbolista (¡hola Pilar Rubio!) o presentando un Call TV (¡hola ex granhermanas!).
Si hubiera sido menos agraciada probablemente la hubieran calificado de empollona y chivata en el colegio, habrían mermado su autoestima y no hubiera tenido el valor de presentarse a un casting que la iniciaría en el mundo de la tele.
Si hubiera tenido los ojos más pequeños no hubiera tenido el respaldo de su clase que le han dado esa capacidad de liderazgo.
Si hubiera usado dos tallas más “la ballena de Vallecas” habría llegado antes y la inseguridad y timidez hubieran hecho que desechara la idea de ir a la Universidad y graduarse en Turismo y ADE.
Si hubiera tenido la nariz más grande los chistes sobre olerle el culo a los profesores hubieran sido su día a día.
Si no hubiera sido guapa no habrían alentado ninguno de sus logros desde pequeña.
Si Cristina Pedroche hubiera sido fea, la sociedad habría mermado su inteligencia. Y ese es el problema de España. Que anteponemos la belleza al cerebro y queremos que las guapas hagan de tontas.
Pero también sé que ella es consciente de la suerte que ha tenido.
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